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OPINIÓN // Callejón de barrio: ¿Escaleras al cielo?


Callejón de barrio: ¿Escaleras al cielo?

No podía pasar por alto esta semana algo muy lamentable que ocurrió hace muy pocos días: El hijo de una amiga y ex compañera de trabajo muy querida, murió en medio de uno de los acostumbrados tiroteos de las barriadas petareñas. Este fue otro inocente más que estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada.

Lo más increíble es que hace 9 meses, otra amiga y ex compañera del mismo lugar de trabajo, vivió exactamente la misma situación. Por respeto a ambas y al dolor que la vida les hizo sentir, no diré sus nombres, pero lo que si puedo asegurar es que siempre fueron muy atentas conmigo y el resto de los integrantes del lugar donde laborábamos. Durante dos años y medio fueron unas personas muy amables con todos nosotros.

La jovialidad de estas dos señoras era súper contagiosa y eran las encargadas de subirnos el ánimo cuando los resultados de la faena no eran los esperados. Con una sonrisa en el rostro y mucha energía, ambas son fanáticas de las bolas criollas y además muy buenas jugadoras de ese deporte.

En el tiempo en el que trabajamos juntos, nunca pusieron una mala cara o se molestaron por tontería alguna. Cada vez que uno de nosotros cumplía años, estas dos señoras corrían a comprar una torta para celebrarnos otro año más de vida.

Desafortunadamente, a estas excelentes venezolanas y madres ejemplares, les tocó vivir el mismo destino que a tantas familias en este país ha afectado: la inseguridad se llevó a sus hijos al cielo. Ambas tuvieron que llorar su pérdida sentadas en el mismo banquito en las afueras de la sala de emergencia del hospital Domingo Luciani, lugar en el que los médicos hicieron un excelente trabajo y desde aquí se los agradezco, pero fue inútil pues las heridas de ambos jóvenes eran muy graves y fallecieron casi instantáneamente.

En las puertas de dicho centro asistencial, la primera que sufrió esta tragedia meses atrás, consolaba a la segunda y un abrazo entre ambas me conmovió de tal manera que se me hizo un nudo en la garganta. ¿Hasta cuándo tantas madres tendrán que enterrar a sus hijos porque una bala o un cuchillo los mató? Tanto peligro en los barrios tiene que acabarse para darle paso a la vida y el progreso.

Ciertamente, sería irresponsable de mi parte señalar a alguien en particular como culpable de estos hechos desafortunados, pero pienso que ya debe darse una solución a este problema. No puede ser que en los callejones de un barrio haya tantos crímenes y estos se conviertan en "escaleras al cielo", tal y como recita una famosa canción, pues quien sube por allí no sabe si sale vivo del lugar. La gente tiene derecho a llegar tranquila a su hogar.

Desde esta tribuna, elevo mis plegarias para que estas y todas las madres venezolanas que han perdido a sus hijos por la inseguridad reciban muchas bendiciones de Dios.

Ante hechos como estos, los ciudadanos tenemos que vencer la apatía y luchar para que estos males se reduzcan a su mínima expresión. Sólo en la ausencia de la luz, la oscuridad triunfa.

Luis Eduardo Manzano
Secretario de Organización Primero Justicia Petare
Luisedu6@hotmail.com
Publicado en el Diario La Voz - 19 de marzo de 2008