EL UNIVERSAL
sábado 8 de septiembre de 2012
No
podemos ser triunfalistas pero la calle no engaña. Nosotros sí podemos decir
que es imposible que perdamos ante un gobierno que ha demostrado su poder
de destrucción tanto que estamos presentando un retroceso de 50 años en materia
de producción agroalimentaria lo que responde sin duda a promesas
incumplidas.
Este
gobierno tiene 14 años gobernando a punta de capricho y sin una planificación
verdadera que sepa darles tranquilidad a los venezolanos. Hoy en día nuestros
productores, nuestros pescadores, han estado abandonados y ahora les quieren
vender 6 años más de promesas incumplidas.
El
pasado miércoles tuve la oportunidad de participar en el maratón realizado por
el Comando Venezuela para recordar al país que ya tenemos 14 años de promesas
presidenciales incumplidas, por lo cual yo tuve la responsabilidad de
hablar sobre la Soberanía Agroalimentaria.
En
mi vocería sobre 14 años de promesas incumplidas dije que el 2 de abril de
2009, durante un contacto telefónico con VTV, el presidente Chávez destacó que
los proyectos sostenidos con países, como Irán y China, en materia energética y
tecnológica permitirían el desarrollo y la consolidación de Venezuela como
potencia agrícola que exportará alimentos para ayudar a todas las naciones
del mundo.
El
15 de enero de 2011, durante su Mensaje Anual a la Asamblea Nacional, también
anunció que se había aprobado un plan extraordinario del sector alimentos para
incrementar la producción nacional; y para hacer las importaciones
necesarias... "Venezuela se va a autoabastecer y va a exportar
alimentos para ayudar a otros países... Tenemos mil ríos y todas estas hectáreas
para producir alimentos para todo mundo, pero hace falta tecnología,
maquinaria, inversiones, sistemas de riego y ese es otro proyecto que tenemos con
China".
Sin
embargo, a la fecha, el gobierno central ha expropiado, confiscado o
"rescatado" al menos 4 millones de hectáreas y del total de tierras
expropiadas, se estima que menos del 2% están productivas (poco más de 60mil).
Es
increíble que entre 1999 y 2011, las importaciones se hayan triplicado. En
2011, 3 de cada 10 bienes y servicios que se ofrecen en el país son importados.
Importamos 70% de la comida y 80% del pabellón criollo. Incluso, hoy traemos atún
y sardinas desde Perú y Ecuador. En los últimos 3 años, la producción agrícola
ha caído 22%.
La
producción de leche por cada venezolano está en los mismos niveles en 1950 y
entre 1999 y 2011, la producción pesquera cayó 35%.
El
15 de febrero de 2002, el presidente Chávez anunció su "plan de
autogestión alimentaria" Y prometió: "vamos a llenar Venezuela
de gallineros verticales... Vamos a sembrar las ciudades con microhuertos
organopónicos, hidropónicos, para dar ejemplo". Sin embargo, Tras casi
14 años de gobierno, nunca se lograron los gallineros verticales ni la soberanía
alimentaria. Entre enero y mayo de 2012, según cifras del Instituto Nacional de
Estadísticas, las importaciones de vegetales y animales aumentaron en 105,4%
respecto al mismo período de 2011.
Se
estima que hoy Venezuela importa entre 60 y 75% de la carne de res consumida.
Sin duda alguna, que estamos presentando un retroceso de 50 años en materia de
producción. Entre enero y mayo de 2012, según cifras del Instituto Nacional de
Estadísticas, las importaciones de carne de res aumentaron en 66,3% respecto al
mismo período de 2011.
¡No
más promesas incumplidas! Lo bueno es que a este gobierno ya "se le
está acabando la gasolina" como bien lo dijo el próximo presidente de
Venezuela, Henrique Capriles.
Hay
un Camino
Concejal
Flavia Martineau
Coordinadora Municipal
de PJ Sucre
Henrique Capriles está claro y ha dicho que el Poder es para
gobernar. No para ejercerlo sin limitaciones conforme a nuestros propios
intereses personales o grupales sino para utilizarlo en un país que busca de
forma urgente el orden en su sistema político, social y económico orientado a
gobernar una gran nación pujante llena de hombres y mujeres, todos trabajadores
dispuestos a darle el lugar que merece a nuestra dolida Venezuela.
No
podemos ser triunfalistas pero la calle no engaña. Nosotros sí podemos decir
que es imposible que perdamos ante un gobierno que ha demostrado su poder
de destrucción tanto que estamos presentando un retroceso de 50 años en materia
de producción agroalimentaria lo que responde sin duda a promesas
incumplidas.