Contaminación afecta treinta mil personas
El centro de salud ubicado en el municipio Sucre del estado Miranda, posee un incinerador que mantiene en vilo la calidad de vida de los que residen alrededor de esa área, quienes además de soportar un pestilente olor, sufren afecciones respiratorias, nasales y visuales, entre otros males
El olor a putrefacción que se percibe en las casas cercanas a los incineradores de uso patológico, de el Hospital Domingo Luciani, ubicado en El Llanito, es tan fuerte que causa "comezón" en garganta y ojos, pues funcionan diariamente, realizando varias quemas en dos turnos: Uno en la mañana de 7:00 a.m. a 1:00 p.m. y otro en la tarde de 1:00 p.m. hasta las 6:00 p.m.
Como los incineradores no están dotados de dispositivos de control, en las casas vecinas se pueden observar pequeñas partículas sólidas en sus pisos y en otros áreas de las residencias, lo que revela el estado de contaminación al que están sometidos los habitantes de Macaracuay, El Llanito y el barrio Las Brisas, principalmente, aunque no dejan de ser impactados también La California Sur y Colinas de La California.
Salud mermada
A partir de la cremación de los desechos patológicos, tóxicos y humanos que allí se realizan, y por ser Caracas un valle, la contaminación se queda depositada y sedimentada sobre toda el área vecina.
Según revela la concejal del Municipio Sucre, Flavia Martineau -en virtud a una investigación que ella misma realiza asesorada por expertos en el área-, el crematorio del Hospital Dr. Domingo Luciani libera en el ambiente elementos que han alterado su composición natural, lo que ocasiona que hayan proliferado en los vecinos del nosocomio enfermedades respiratorias crónicas, enfisemas, bronquitis, neumonía, asma, tos, ronquera, sinusitis y del tipo eruptivas, creando un ambiente inseguro desde el punto de vista de salud, que afecta individualmente y colectivamente a estas comunidades.
Hablan los habitantes
Aura Ferrer, vecina de la Urbanización Macaracuay, manifestó que en los incineradores no sólo creman desechos patológicos sino también sustancias estupefacientes.
"Allí están cremando todo tipo de porquería, hasta droga. Una vez estaban la Guardia Nacional ahí y le pregunté a uno de los efectivos qué hacían allí y ellos me respondieron: 'quemando marihuana'", afirmó Ferrer.
Asimismo, indicó que "de día y de noche la candela es horrible, es totalmente falso que trabajan sólo en el día porque también en la madrugada creman."
Por su parte Carmen Bejar, representante de la Comisión de Servicio del Consejo Comunal de Macaracuay, manifestó sentirse defraudada pues se ha dirigido a varias instancias para solicitar que el problema sea resuelto pero todas han hecho caso omiso.
Agregó que en esos hornos no sólo queman los desperdicios del Domingo Luciani, sino que también creman desechos patológicos, plásticos (medicinas vencidas, jeringas, entre otros), de Barrio Adentro, Hospital Pérez Carreño y de otros centros asistenciales del país.
Caso omiso a Min-Ambiente
El fiscal 6to de Ambiente, Eduardo Arai, fue comisionado por la Fiscalía General de la República para llevar el caso, pues los vecinos se están encargando de recopilar toda la información y denuncias selladas como recibidas por el Director del Hospital, para tratar de solucionar el problema que está implicando los incineradores.
La última vez que estuvieron en la Fiscalía, el Fiscal manifestó que ellos habían ordenado la paralización de los incineradores, pero el director del Hospital y la empresa que se encarga de la administración del crematorio, hacen caso omiso a las órdenes del Ministerio del Ambiente.
Angustia vecinal
Aura Ferrer, habitante de la Urbanización Macaracuay: "El olor es tan penetrante que no se puede dormir bien, me levanto en la madrugada por la asfixia que siento. Cuando limpio la casa recojo hasta cenizas".
Carmen Bejar, representante de la Comisión de Servicio del Consejo Comunal de Macaracuay: "Lo primero que hicimos antes de realizar otra acción fue entrevistarnos con del director del Hospital, quien nos dijo bien claro "olvídense" y que sólo nos podían hacer el favor de disminuir la contaminación pero no lo iban a cerrar".
Nahomy Velásquez