Vecinos afirman que ya no tienen a quién recurrir ante la contaminación
ELKIS BEJARANO DELGADO
EL UNIVERSAL
Las 30 mil familias afectadas por el mal funcionamiento de los incineradores patológicos del hospital Domingo Luciani de El Llanito mantienen su voz de alarma por los constantes padecimientos respiratorios, oculares y dérmicos que presenta la comunidad, y porque ninguna autoridad ha tomado las medidas sanitarias necesarias, a pesar de las denuncias hechas ante la Fiscalía, el Ministerio del Ambiente y la Alcaldía de Sucre.
Según un informe elaborado por la Dirección de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, los incineradores no poseen dispositivos de control de emisiones (electrofiltros, depuradores húmedos, entre otros) que garanticen el cumplimiento de la normativa ambiental.
Cerca de los incineradores están las urbanizaciones Colinas de La California, El Llanito, Macaracuay y el sector Las Brisas de Petare, donde habitan un total de 35 mil familias.
Aura Ferrer vive cerca de los incineradores. Asegura que las cenizas que se desprenden de estos hornos, las recoge en su casa como prueba del mal funcionamiento de los aparatos. "El olor es insoportable. A veces huele a plástico quemado. Otras a carne quemada y a basura" afirmó.
La señora Aura Ferrer asegura que padece de tos permanente y dependiendo del grado de calor de estos incineradores, puede perder hasta la voz.
"No soy la única que está enferma. Muchos vecinos presentan problemas respiratorios, afecciones en la piel y en los ojos. Un niño del barrio Las Brisas, de dos meses de edad, tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios".
El informe del Ministerio señala en sus conclusiones que las emisiones del "incinerador pueden estar desmejorando la calidad del aire en sus alrededores y por ende afectar la salud de los habitantes que viven en el área de influencia".
Otra irregularidad señalada es que se detectó que los desechos patológicos son almacenados "al aire libre, en recipientes con capacidad aproximadamente de 100 kilos de desechos, no adecuados, lo cual indica que no tienen la posibilidad necesaria para recibirlos y almacenarlos temporalmente, de manera que en el lugar hay fuertes olores desagradables".
Los denunciantes señalan que en este incinerador se tratan los desechos químicos de otros hospitales capitalinos que dependen de la Dirección de Salud de la Alcaldía Metropolitana, por lo que el tiempo de uso es mayor al habitual.
Se intentó entrevistar al director del hospital Domingo Luciani, doctor Alexis Parra, pero no fue posible.