Permanente contaminación aqueja a comunidades cercanas
Incineradores del Hospital “Domingo Luciani” son un problema de salud pública
Habitantes de las zonas afectadas, junto a la concejal Flavia Martineau, exigen respuesta de los entes competentes
Con el nuevo año siguen “viejos” problemas si no que lo digan los vecinos de las zonas caraqueñas de Macaracuay, El Llanito, Barrio Las Brisas y Colinas de La California que sufren desde hace tiempo la contaminación atmosférica generada por los incineradores de desechos biológicos del Hospital Domingo Luciani.
A través de la Comisión de Desarrollo Humano Local, presidida por la concejal Flavia Martineau se han realizado diversos estudios y denuncias al respecto del problema, sin recibir mayor respuesta por parte de las autoridades competentes.
Desde junio del 2007 han enviado cartas al hospital, al director de salud del municipio Sucre, a la Comisión de Ecología y Ambiente del municipio y al Ministerio del Ambiente, siendo este último ente el que ha otorgado respuesta ante el caso. Luego de una inspección hecha el 29 de mayo de 2007 por encomienda de Yuvirí Ortega “nos dan la razón y entre sus conclusiones tiene que los incineradores patológicos son una fuente potencial de contaminación atmosférica, comentó Martineau”.
El informe hecho por el ministerio alerta sobre la poca preparación que tiene el hospital Domingo Luciani para recibir y procesar desechos tóxicos de los centros hospitalarios aledaños porque no posee recipientes para almacenarlos de manera segura. Esta situación produce “fuertes olores desagradables” de acuerdo al reporte.
De igual forma, el ministerio reconoció que los incineradores “son una fuente potencial de contaminación atmosférica” y sus emisiones “pueden estar desmejorando la calidad del aire en sus alrededores y por ende afectar la salud de los habitantes que viven en el área de influencia”. Recomendaron dotar los incineradores de mecanismos de control de las emisiones atmosféricas y mejorar el almacenamiento de los desechos.
Sin embargo, no se ha resuelto la situación de peligro para los habitantes de las zona. La cremación en todos los casos es altamente peligrosa al igual que los desechos tóxicos y patológicos hospitalarios. Según Martineau, cuando los manipulan para cremarlos los dejan prácticamente al descubierto lo que ha ocasionado problemas de urticaria, conjuntivitis, sangramiento de fosas nasales, ente otras enfermedades respiratorias a los habitantes del sector.
En los próximos días esperan realizar una serie de acciones y movimientos de calle para evidenciar que se comete un crimen no sólo para los principales afectados sino para todas las personas pues “es un caso de salud pública” aseguró Martineau.
Problema de salud pública
Cada día el radio de contaminación crece. Se tiene estimaciones de que existen 30 mil personas afectadas directamente y 150 mil afectadas indirectamente. Entre los afectados directos se encuentran los habitantes de Macaracuay, El Llanito, Barrio Las Brisas, y Colinas de la California. Y los indirectos residen en la zona central de Petare, Barrio Unión, Colina de Los Ruices, California Norte y Sur.
La alcaldía se hace la vista gorda
Asimismo, expresó que las autoridades de la alcaldía han declarado que no existe ningún tipo de contaminación en el hospital, por lo que considera que el caso se ha politizado “cosa que no es la idea, pues no es un problema sólo de Primero Justicia sino de todos los habitantes del Área Metropolitana”, señaló la concejal.
Irregularidades detectadas
* Los incineradores no poseen equipos de control necesarios para garantizar el cumplimiento de las normas de emisiones a la atmósfera.
* Se observaron pequeñas partículas sólidas en el piso, el cual también se pueden estar dispersando en los alrededores y afectar la calidad del aire del lugar y la calidad de vida de los habitantes del sector.
*Los desechos tóxicos son almacenados en el aire libre en recipientes con capacidad aproximada de 100 kg. de desechos, no adecuados, lo cual indica que no tienen las facilidades necesarias para recibir y almacenar temporalmente estos desechos, produciendo olores desagradables.
*Se observó el mantenimiento de una cava refrigerada para el depósito temporal de los desechos patológicos, pero la misma no tiene capacidad para el almacenamiento de todos los desechos.
Yorlet Acosta G.