Más que revolución, evolución...
Hace varias semanas, escribí acerca del enorme chance que tenía la oposición venezolana de conquistar nuevos espacios en las elecciones regionales pautadas para este año y además, critiqué unas declaraciones que dio el presidente Chávez en esos días, en las que aseguró que si sus adversarios ganaban algunas gobernaciones y alcaldías para él claves y estratégicas, habría una guerra.
Nuevamente, el presidente insistió en una de sus alocuciones más recientes con una idea similar, pero esta vez diciendo que la oposición quería adueñarse de una "media luna" conformada por algunos estados andinos, llaneros y del centro del país para desde esa trinchera, atentar contra su gobierno impulsando planes separatistas y desestabilizadores. Ante esto es prudente preguntarse: ¿es que acaso el oficialismo el único factor político con derecho a gobernar este país?
En muchas oportunidades, la oposición le ha señalado al gobierno muchas equivocaciones y desviaciones del supuesto proceso revolucionario y lo único que ha hecho Chávez ha sido negar su adversario y calificarlo de golpista, terrorista, fascista y mucho más. Sin embargo, al pasar el tiempo, el gobierno ha criticado muchas de esas fallas señaladas por sus contrarios y en infinidad de oportunidades, hemos visto al presidente regañar en público a sus ministros, alcaldes, gobernadores, etc. Otra pregunta pertinente es: ¿Por qué no aceptar las críticas de tus opositores cuando son ciertas? ¿Por qué insistir en desconocer a una mitad del país que no comparte las ideas de la Revolución?
Si estos gobernantes fuesen más tolerantes y abiertos a otros pensamientos, serían más eficientes y cumplieran realmente con el compromiso que el pueblo les confió. En los países desarrollados, los gobiernos mantienen a pesar de las disputas ideológicas y políticas, un franco diálogo con sus opositores; en muchos casos, llegan a acuerdos en favor de la gente y ponen sus diferencias a un lado por el bienestar de una nación.
La gente tiene derecho a tener distintas ofertas políticas, pues a fin de cuentas con su voto decidirán quien hace las cosas mejor. Ningún dirigente o partido tiene derecho a imponerse como única opción alegando ser imprescindibles. Lo más democrático es que los factores de poder edifiquen nuevos liderazgos constantemente que vayan adaptando las luchas políticas a los tiempos. Más que revolución, hay que fomentar una evolución.
Ojala Dios les ilumine las mentes a quienes hoy nos gobiernan. Sería bueno ver instituciones públicas sirviéndole a la gente, trabajando con autonomía y castigando a los corruptos vengan de donde vengan. Hay que quitarle el color a las políticas públicas y hacerlas incluyentes. Lo que pide el pueblo se resume en una sola palabra: Justicia. Lo que le exige el pueblo a sus dirigentes también se resume en una palabra: compromiso.
Venezuela tiene un gran futuro por delante, pero depende de nosotros los que amamos este país que llegue la prosperidad que anhelamos. En estos momentos de la historia, La Justicia más el compromiso significan el cambio.
Luis Eduardo Manzano
Secretario de Organización Primero Justicia Petare
Luisedu6@hotmail.com
Publicado en el Diario La Voz – 09 de mayo de 2008