FLAVIA MARTINEAU | EL UNIVERSAL
sábado 2 de febrero de 2013
Qué dolor sentimos los venezolanos cuando en nuestras
cárceles venezolanas ocurren tragedias como la de Uribana, donde hubo
centenares de víctimas presas de su
libertad y donde la justicia lejos de regenerar son candados de encierro
en esos depósitos infernales e inhumanos que
tristemente solo conduce a una existencia miserable; de seres que un día
atentaron contra la justicia y hoy son tratados más que animales; para
finalmente desaparecer cientos de vidas en una guerra brutal, donde las armas
relucen sin respuesta alguna por parte del gobierno nacional. ¡Decretos y más
decretos pero no vemos resultados!
Son catorce años de este gobierno chavista y siguen
culpando a la llamada cuarta república, ya basta, la ministra Iris Varela debe
renunciar; lo he solicitado públicamente como venezolana, madre, abogada,
diputada ante el Consejo Legislativo de Miranda y dirigente de Primero
Justicia, por todo esto sin duda que el cargo le quedó grande. ¡Basta de experimentar, de no saber qué hacer en
materia de política penitenciaria!
Qué pena nacional, que
las lágrimas de madres y demás familiares de las victimas de Uribana
golpeen las puertas de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y que la
alta comisionada Navi Pillay, tenga que lamentar la muerte de los reclusos tras
el motín registrado, responsabilizando a
las autoridades por los hechos. ¡Sí, hay un, un alarmante patrón de violencia
en nuestras cárceles venezolanas!
No puede ser que los reclusos estén totalmente hacinados,
y muchos de los internos estén encerrados
de "forma preventiva" en espera de juicio durante mucho tiempo. El
gobierno venezolano confirmó el domingo pasado que en el motín registrado en el
centro penitenciario de la región Centrooccidental murieron al menos 58
personas y 46 resultaron heridas, pero se dice que son muchas más.
Mi mensaje solidario resalta la importancia de gobernar
para el pueblo
de darle un parao a la
inseguridad y definitivamente confrontar el problema de las cárceles, donde
todos los sectores del país se sientan en una mesa a buscar soluciones, es por
esto que siempre repito, hay que seguir el modelo de Henrique Capriles en
Miranda quien gobierna para todos por igual sin diferenciar ideologías
políticas. No como el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien está
al frente de un gobierno, incapaz de resolver los problemas y sumándose ahora
la masacre de Uribana.
¡Hermanos venezolanos no permitamos que voces como la de
Raúl Castro se metan en nuestra política de Estado, en nuestros problemas. Ya
tenemos bastante con nuestro Presidente lejos del país sin saber qué está
pasando realmente, cobijado en La Habana castrista!