FLAVIA MARTINEAU | EL UNIVERSAL
sábado 26 de enero de 2013
Tenemos a un Presidente invisible y es que ya hace más de
un mes que no lo vemos ni escuchamos, lo que es peor aún, sin ninguna
información oficial emanada de un equipo
médico especializado como se hace en cualquier país del mundo, sólo sabemos lo
que nos dice el vicepresidente Maduro o de su ministro Villegas.
En Venezuela, oficialismo y oposición, reclamamos su
aparición pública, es cierto que como todo ser humano se merece su tratamiento médico pero resulta que
estamos hablando del presidente de un país; todo esto se ha convertido en un
mundo de contradicciones. Cuando su tren ejecutivo dice que el Presidente está
al frente del poder, tomando decisiones; si esto es así, la pregunta es y
¿donde esta Chávez?... ¡Fe de vida del Presidente exigen los estudiantes!
Es que no vimos fotos ni siquiera de su familia cuando la
presidenta Cristina de Kirchner lo visitó, por lo cual confirmo una vez más que
el Estado venezolano se ha convertido en un apéndice de Cuba.
Comparto la opinión de nuestro líder y gobernador
Henrique Capriles Radonski quien ha dicho que si el presidente de la República
puede firmar decretos, entonces
demandemos su presentación, que le hable a Venezuela y le diga qué es lo
que está pasando porque en Venezuela lo
que hay es desgobierno.
El ejercicio del poder público no puede ser manejado por
un grupito en componenda, liderazgo no es poder y dominio y llevarse por
delante el todo por el todo sólo por mantener un estatus político hasta el
punto de pisotear nuestra Constitución
Nacional.
No podemos seguir a un líder ni adorar a quien no puede
ejercer el liderazgo en cuerpo presente, nuestro país exige cumplir con el
orden institucional y respetar los esquemas democráticos, al contrario, lo que
vemos es una danza de personajes con olor a la Cuba Castrista, todo esto que se
ha convertido en una jalea con mango.
Quienes han seguido al presidente Chávez hoy día deben
sentir ese sabor amargo de los defraudados por su líder es por eso que la
verdad ya debe manifestarse.
Mientras, sólo tenemos a un presidente que lucha por su
vida pero que antepuso sus ansias de poder por ser reelecto, engañando a sus
militantes que creyeron en él y hoy
tristemente tenemos un liderazgo virtual lejos de su país, en la isla
de Cuba, mientras el misterio cada día
ronda más sobre esta crisis histórica de Venezuela.