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Reportaje Semanario Correo del Ávila // Reviviendo la Ordenanza de Convivencia Ciudadana



Reviviendo la Ordenanza de Convivencia Ciudadana

Trabajo comunitario además de la multa como castigo

El estatuto fue aprobado por primera vez en 2001, pero este año el gobierno le hizo modificaciones y pretende aplicarla con mayor severidad. Puede ser un útil instrumento para lograr mayor armonía en las comunidades, pero, ¿es realmente aplicable?

Buscar la armonía al vivir en comunidad siempre implica un delicado balance entre las necesidades de los habitantes. En una ciudad donde Caracas, con un ritmo de vida acelerado, esa armonía pareciera no siempre lograrse. Ciertamente, muchos caraqueños opinan que se ayudan entre sí en momentos de mayor necesidad, o simplemente por solidaridad (ayudarse unos a otros), como ceder el puesto a una anciana; pero al mismo tiempo, muchos otros parecieran vivir bajo el lema “tus derechos empiezan donde terminan los míos”.

En un esfuerzo por tratar de lograr una mayor armonía entre sus habitantes, el Cabildo Metropolitano aprobó el pasado mes de noviembre la nueva versión de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, documento originalmente aprobado en el año 2001 durante la gestión de Alfredo Peña. Recientemente el prefecto de Caracas, Aníbal Luzardo, comentó a los medios que el Servicio Metropolitano de Administración Tributaria (Sermat) está preparando formatos para multar a aquellos que violen el reglamento.

La noticia pasó desapercibida en el acontecer político de todos los días, y aquellos que sí se enteraron la han recibido con una educada ignorancia o claro escepticismo. “¿En este país, que hay tal anarquía y nada se cumple?”, comentó Dani (nombre falso), ingeniero, mientras bebe “una fría” con unos compañeros en una calle en La California Norte. “Imagínate, si acá ni te multan por exceso de velocidad, menos te van a multar por tomar en la calle”, dijo.

Si se le añade que, como se ha dicho, la Ordenanza de Convivencia Ciudadana data de hace seis años y no se ha cumplido, Dani ciertamente no tendría mucho de qué preocuparse. Tampoco aquellos que hagan sus necesidades en sitios públicos, pinte paredes (grafiteros), cruce la calle fuera de los sitios designados o tenga perros como pitbulls o Rottweilers sin la debida protección…

Lo que cubre la ordenanza

Pero los que impulsan el nuevo instrumento legal afirman que es precisamente porque no se hizo la debida divulgación y aplicación por lo que la anterior ordenanza pasó al olvido. Alexander Nebreda, concejal metropolitano que presentó la reforma del documento ante el Cabildo, afirmó que uno de las debilidades que había era la falta de participación ciudadana, y eso es un factor vital para su cumplimiento. “Ahora esta ordenanza sí será cumplida”, declaró Nebreda a los medios en su momento. “La contraloría social permitirá que se lleve a cabo. A través de la participación de las comunidades, de los prefectos, de los jefes civiles, con las juntas parroquiales, con los cuerpos policiales, vamos a hacer cumplir la ordenanza. Estamos seguros de que generará un buen impacto en la sociedad”.

La ordenanza, que puede ser encontrada en diversos kioscos y librerías, cubre todo tipo de infracciones, desde las ya mencionadas como consumir bebidas alcohólicas en público hasta el ofrecimiento sexual o la realización o inducción a realizar carreras automovilísticas (piques). También norma la tenencia de mascotas, el manejo de perros guardianes o de caza en la calle, la producción de ruidos molestos, ya sea de fiestas o vehículos en mal estado, cruce de calles fuera de las áreas señaladas, lanzamiento de objetos o líquido contra las personas, desecho de basura tanto en la vía como en unidades de transporte, impedimento de paso por una vía pública, el ceder el puesto a personas embarazadas, mayores o incapacitadas, y fumar en sitios públicos o unidades de transporte.

Las sanciones por el incumplimiento de cualquiera de las normas están contempladas entre dos, siete y hasta 20 unidades tributarias, UT (Bs.37.632 cada una), dependiendo de la gravedad de la infracción. La nueva ordenanza también contempla el trabajo comunitario, como pintar paredes o limpiar plazas, en caso de que el infractor no pueda pagar la multa, o la asistencia a la futura Escuela del Buen Ciudadano, donde se les enseñará nociones básicas de ética y civismo. El presupuesto metropolitano del año 2007 contempla Bs. 188.217.127 para la creación de la escuela.

En el ámbito municipal

Algunos concejales ven el nuevo instrumento como una gran solución para algunos problemas que siempre les presentan los vecinos. “Anteayer visitamos una comunidad muy, muy deprimida de Caucagüita que se llama Los Trailers, y allí hay muchos problemas entre los vecinos”, cuenta Flavia Martineau, concejal del municipio Sucre.

“[Siempre sale] el vecino que bebe demasiado y comete actos que van contra la moral pública y eso molesta, denuncian las madres, porque no importa qué tan deprimido sea el sector que sea, o qué tan pobre sea, siempre está la familia presente, y la mamá sobre todo a la cabeza, la mamá siempre protegiendo a sus niñas. Y justamente, un mecanismo que norma las conductas indebidas, el comportamiento que atenta contra las la moral y las buenas costumbres son las Ordenanzas de Convivencia Ciudadana.”

Martineau, quien dirige la Comisión de Desarrollo Humano Local de la Alcaldía del Municipio Sucre, está trabajando por adaptar la Ordenanza al ámbito municipal. “No basta que sea la ordenanza metropolitana, sino que también tiene que ser la municipal, porque cada municipio tiene su características bien propias”, explica. “Y en el caso del municipio Sucre, que nosotros tenemos tanto de buhonerismo, sobre todo acá que esta a la vista en la redoma de Petare, la ordenanza local municipal tiene que también abrazar ese tema”.

Y está clara que el primer obstáculo es, irónicamente, las mismas comunidades que solicitan la ayuda. “Las sanciones es un tema que a nadie le gusta, y sobre todo que cuando se contempla el servicio comunitario”, cuenta Martineau. “Porque tal vez tú puedes presentar las sanciones de índole tributario, como multas e infracciones, pero cuando tú le presentas al ciudadano que en virtud de que ha infringido una norma, va a prestar servicio comunitario, como por ejemplo limpiar una plaza o pintar unas paredes, esto va a ser a lo mejor difícil de aceptar. Es un trabajo de años, un trabajo de hormiguitas.”

Vital para los condominios

Alguien que ciertamente ve con optimismo la nueva Ordenanza es Elías Santana, director de la organización Escuela de Ciudadanos y la página MiCondominio.com, por las posibles aplicaciones de la misma en los condominios, conjuntos residenciales y comunidades. “La aplicación estará determinada, en primer término, por el impulso que le den las autoridades a nivel metropolitano y municipal”, dice Santana. “En segundo lugar, por la apropiación de las comunidades organizadas y de la ciudadanía en general de la nueva Ordenanza.

Solamente será aplicable en la medida en que la gente lo exija y, de ser el caso, solicite la sanción a los funcionarios que la incumplan. En tercer término le toca jugar un papel muy importante a los medios, divulgando su existencia y ámbitos de aplicación. Y muy especialmente en los casos en que las comunidades presionen y logren resultados, incluso la sanción a funcionario que la incumplan, que no la pongan en práctica.”

Santana realizó un curso en la Escuela de Ciudadanos sobre la ordenanza para que la gente la conozca y transmita. “El taller busca que adultos aprendan a analizar y utilizar un instrumento jurídico por medio de una dinámica sencilla”, explica. “la gente sale con una noción acerca de la ordenanza, con ideas sobre su aplicación y con una vivencia que puede ir aplicando en unas 10 a 15 reuniones, de las semanales o quincenales, y así terminar de estudiarla en su junta en unos tres a seis meses.

Se les estimula para que organicen campañas en su edificio, una jornada de sábado en la sala de fiestas sobre la ordenanza, la invitación a un charlista o una campaña a través de la cartelera, a razón de un artículo comentado a la semana, lo cual implica que en un año la comunidad conocerá todo el instrumento”.

Tiene planteado dictar otro curso para preparar facilitadores que quieran llevar el mismo curso a sus municipios o parroquias. Para mayor información, se puede visitar http://www.laescueladeciudadanos.org.ve o escribir a info@laescueladeciudadanos.org.ve.

Juan Carlo Rodríguez
jcrodriguez@correodelavila.com