Entrevista // Julio Borges, coordinador nacional de Primero Justicia
"Hugo Chávez quiere ponerle al país un zapato apretado"
"Aquí hay que replantear la convivencia a través de una Constitución en la que el país se vea reflejado"
ELVIA GÓMEZ
EL UNIVERSAL
Antes de entrar a hablar de los asuntos terrenales de la política nacional, Julio Andrés Borges Junyent muestra orgulloso en su aparato telefónico la fotografía de sus cuatrillizos, que recién acaban de ser enviados a casa. Advierte que de inmediato se irá a un recorrido por el bulevar de Catia para dar a conocer los peligros que entraña la reforma constitucional. Se desplazará en metro, y comenta que ya ni él ni sus compañeros de partido, debidamente identificados, tienen problemas con agresiones en el subterráneo.
Dice haber aprendido la lección de los efectos dañinos de la antipolítica y se propone enfrentar los obstáculos que pongan freno a la recuperación del sistema de partidos, porque es la única manera de construir democracia y entrar al siglo XXI.
-Carlos Ocariz, secretario general de Primero Justicia, se refirió al llamamiento hecho por el general Raúl Baduel a votar No con cierto menosprecio y usted parafraseó al difunto Luis Herrera Campíns, ¿por qué?
-Yo escribí en mi columna del domingo (11 de noviembre) que el mensaje de Baduel tiene un gigantesco valor, porque hasta hace poco era ministro de la Defensa y ahora se deslinda de ese proyecto y en un país tan polarizado llama a votar No. Yo sí dije "Tarde piaste, pajarito", cuando él entregó el Ministerio mostrando una serie de interrogantes sobre el rumbo que tomaba el país. Me pregunté ¿por qué ese no fue el discurso de entrada? Y todavía me lo pregunto, porque no había cambiado para nada el curso de Venezuela. En política hay dos formas muy crueles de equivocarse: o tener razón antes de tiempo o tener razón demasiado tarde.
-¿A veces no se es muy generoso en aceptar rectificaciones de algunos ex jerarcas que le allanaron el camino a Hugo Chávez e implacables con las de otros?
-Puede ser, pero yo creo que hay que diferenciar entre una persona que hace una profunda reflexión personal y decide cambiar, de quienes toman una decisión porque les conviene. Yo sí creo que debemos ser implacables con los oportunistas, como por ejemplo Francisco Arias Cárdenas, que es distinto al caso de Raúl Baduel.
-Dado lo que está en juego con la reforma constitucional ¿podría flexibilizarse ese rasero si se producen otros apoyos al voto No?
-Sí, lo creo. Este es un momento muy concreto, para los resultados del 2 de diciembre todos podemos ayudar. Si aquí se produjera una transformación del discurso de Hermann Escarrá y él dijera que hay que ir a votar, bienvenido sea, o un cambio en la actitud de Acción Democrática, bienvenidos. Pero lo que pasa es que muchas veces terminamos en un debate permanente en el seno de la oposición y en lugar de buscar cómo desanudar los conflictos lo que tenemos son cortocircuitos.
-Primero Justicia no participó en el anuncio de la "Marcha por el futuro". En ese acto los partidos cedieron la tribuna a los estudiantes y culminó sin un llamamiento a sufragar. ¿Qué sucedió allí?
-En la discusión preparatoria de esa marcha, Primero Justicia alertó a los otros partidos (UNT, MAS, Copei y LCR) que no cayéramos en el juego de claudicar nuestro papel. Lo dijimos con mucha claridad, que este es el momento de llamar a votar sin vergüenza. Lamentablemente los partidos dijeron: "No, este es el momento de los estudiantes". A nosotros nos parece que este es el momento de la sociedad en general. Si a nosotros como partidos nos da vergüenza ser militantes políticos, entonces hagamos otra cosa ¡y se acabó! Para nosotros el reto es cómo logramos el fortalecimiento de los partidos pues es la única manera de recrear una esperanza. Es absurdo que los partidos claudiquen en su papel cuando los estudiantes que hablaron en la tarima son de partidos políticos. Si nosotros seguimos alimentando la destrucción de los partidos significa que no aprendimos la lección, y me incluyo, que nos condujo a la aparición de Chávez. Tenemos que seguir sembrando en el país que los partidos son el único camino para construir una alternativa, dar un debate ideológico y rescatar la democracia. Tenemos frente a eso obstáculos, pero debemos tener la fuerza para superarlos
-¿Cuáles son los factores que presionan contra los partidos políticos?
-Los partidos no pueden estar subordinados a grupos de poder, sean empresas, medios de comunicación, intereses o agendas particulares. En Primero Justicia estamos determinados a deslindarnos de cualquier intento letal de repetir cualquier episodio como el 11 de abril. Nosotros presionamos por construir una nueva mayoría, que haya un camino distinto al socialismo del siglo XXI, que volvamos a los años dorados de los 60 y 70 cuando el país se sentía representado por sus partidos políticos. Lo que no podemos permitir los partidos es que sus jefes sean los medios de comunicación o quienes tienen una agenda distinta a la democracia.
-Independientemente del resultado del referendo del 2 de diciembre, Hugo Chávez seguirá gobernando, ¿cuál es el plan para el día después?
-Yo me siento muy esperanzado porque he podido palpar un pueblo más agudo e inteligente de lo que sus propias élites aceptan, pero el pueblo no ha encontrado un liderazgo que esté a su altura. Chávez ha tenido problemas para vender su proyecto y yo no me quiero imaginar lo que va a ser tratar de implementar ese proyecto de reforma. Chávez quiere ponerle al país un zapato apretado, cinco tallas más pequeño, y eso es incompatible con la cultura de libertad del venezolano.
Lo que suceda a partir del 3 de diciembre dependerá de la foto del 2D y por eso tenemos la obligación de votar. El que llama a no votar es el colaboracionista con el Gobierno porque por primera vez en nueve años el pueblo que apoya a Chávez y el que no lo apoya coinciden en que no les gusta la reforma constitucional. Perder nosotros la oportunidad de liderar a ese país, más que un error, sería una gigantesca estupidez.
Por primera vez Marisabel (Rodríguez, ex primera dama) dice que va a votar No, Baduel dice que va a votar No y todavía hay grupos en la oposición discutiendo si hay que votar o no. Eso es insólito. La democracia en Venezuela no se va a acabar por tener un CNE tramposo, la democracia va a morir si nosotros le quitamos en el corazón de los venezolanos el valor de expresarse a través del voto.
No soy triunfalista, pero sí creo que podemos ganar. Aun si se produce una derrota del No tengo total optimismo en lo que viene porque tenemos que construir cada paso de resistencia a la implementación de esa Constitución. A la vuelta de la esquina vendrá el nombramiento de un gobernador a dedo en Caracas, cambiar los límites de los municipios y nosotros tenemos que convertir esa pérdida de derechos en un acto de repudio, de rebelión. Yo soy optimista porque se ha despertado una conciencia a nivel popular y la gente no se la va a calar y ese cortocircuito, que va a ser muy grande, va a ser del pueblo y no de las élites. Para mí el dilema del 2D es que la Venezuela del siglo XX venza a la del siglo XIX para ver si de una vez por todas entramos al siglo XXI.
-¿Esa reflexión de Primero Justicia la han compartido con el bloque por el No?
-Lo más básico lo hemos discutido, que tiene que ver con el post 2D. La gran bandera política que los partidos tienen que liderar es cómo volver a construir una Constitución que sea del país entero y por tanto levantar la bandera de la constituyente. Que el país entienda que en esa Constitución no cabemos todos sino un pedacito del país muy pequeño. Nosotros hemos puesto esa propuesta sobre la mesa de los partidos, no diría que la han comprado, tampoco la han rechazado, pero sí se ha discutido.
Si al país no se le da un planteamiento global, y eso pasa por reconstruir la convivencia y la tolerancia, vamos a perdernos en los vericuetos de la coyuntura, como pueden ser las elecciones regionales. Aquí hay que replantear la convivencia a través de una Constitución en la que el país se vea reflejado.
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