Las políticas erradas del Estado han dejado a la población a merced del delito
En estos días, la inseguridad domina la agenda informativa del país, siendo el ciudadano el más vulnerable a los actos delictivos. En esta edición Flavia Martineau, conocida por sus denuncias sobre la inseguridad en el municipio Sucre, comenta desde su óptica particular los mecanismos para mitigar la crisis nacional, delegando la responsabilidad en el Ejecutivo Nacional.
Sin lugar a dudas Petare es el número uno. Es el barrio más grande de América Latina y ahora también el más inseguro.
Ni las favelas en Brasil, ni las zonas marginales de México, Lima o Colombia son capaces de destronarlo. Este título, más que orgullo, es motivo de preocupación y alarma, pues a juicio de la concejala Flavia Martineau es el fiel reflejo de la situación de inseguridad que en la actualidad enfrenta el país. Robos, secuestros y homicidios son el pan nuestro de cada día en el país.
Este tema ha sido para la edil Martineau su mayor preocupación desde hace un año, cuando fue electa presidenta de la Comisión de Integración Juvenil, Deportiva y Recreativa de la Alcaldía de Sucre. Martineau realizó una investigación, en la que desnuda la realidad sobre la seguridad en el municipio. El informe que está acompañado de propuestas claras de trabajo, es la razón por la que hoy es blanco de amenazas anónimas de muerte. Sin embargo, su labor continúa y considera que el planteamiento que hace para el municipio puede ser un buen ejercicio para ser repetido en el ámbito nacional
- ¿Cuáles son sus propuestas para abordar el tema de la inseguridad en el municipio Sucre y que pudieran aplicarse en el resto del país?
- En principio, una efectiva coordinación policial donde todas las fuerzas estén compenetradas en el trabajo, creo en una ordenanza de desarme, pues armar a la comunidad incentiva la violencia, de este modo se garantiza la disminución en los índices de criminalidad. Otra ordenanza es la de seguridad ciudadana y la de dignificación y capacitación de nuestra policía en materia de prevención del delito, pienso que no hay que reprimir, hay que prevenir. Finalmente, repetir el modelo de “El vecino observa” que quiso aplicarse en Petare.
- ¿En qué consiste este plan?
- El objetivo de esta propuesta es motivar al vecino a que denuncie, garantizándole la confidencialidad de su denuncia. Hay que promover la denuncia para prevenir la delincuencia, lo que pasa en los barrios es que la gente tiene miedo de hablar con la policía e identificar a los azotes del barrio porque son constantemente amenazados.
- Si este planteamiento puede ser una exitosa política de Estado ¿por qué no se ha aplicado?
- Aquí lo que hay es ausencia de voluntad política, de ganas de hacer las cosas, quien gerencia debe tener clara la visión de hacia dónde quiere ir y qué es lo que quiere para su gente, si no la tiene, pues que escuche las propuestas como la nuestra. Este documento está completo y apela a un trabajo de coordinación policial con las comunidades, es importante que el vecino intervenga, pues es quien conoce las necesidades y los problemas más de cerca. Yo creo firmemente en estos ejercicios, donde de una forma sectorizada, se aplican buenas políticas y que pueden resultar exitosas para todos los municipios y regiones.
-Y, ¿ha llevado su trabajo al despacho del Presidente Hugo Chávez?
- Si, en una oportunidad me dirigí con un grupo de mujeres de la zona y del partido (Primero Justicia) a Miraflores, le llevamos un documento con investigación sobre la inseguridad y una carta donde pedíamos seguridad a nivel nacional, que por favor revisara el trabajo de los Ministerios que están encargados de garantizar la seguridad ciudadana y vieran que estaba pasando. La respuesta que obtuvimos fue la misma que recibimos de la Fiscalía, de la Defensoría, del Alcalde y de todos los cuerpos de seguridad: ninguna, silencio absoluto.
-La creación de una Policía Nacional es el objetivo del gobierno para atacar este problema. ¿Podría ser este el mecanismo ideal para hacer frente a la inseguridad?
En mi opinión este modelo no va a solucionar el problema, va a politizar nuestras policías, una verdadera policía nacional tiene que respetar el trabajo y la autonomía de los cuerpos municipales y estadales, reconocer el trabajo coordinado de todas las fuerzas policiales, este proyecto vendría a controlar y supervisar el trabajo de los demás, olvidándose de la prevención del delito, que es realmente la orientación que se le tiene que dar a las cuerpos de seguridad. La Policía Nacional pudiera encargarse de la investigación criminalística y trabajar coordinadamente con los otros entes.
El ejemplo al lado de casa
Aunque las propuestas están argumentadas, no ha existido lo que la concejala Martineau llama “voluntad política” para desarrollarlas, lo que muestra un panorama un poco optimista de la situación. No obstante, y como activista política no espera quedarse de brazos cruzados y mantiene la esperanza viva en que todo puede cambiar.
Si bien su trabajo ha estado enfocado a un municipio en particular, como militante del partido Primero Justicia intenta abogar con su investigación a la disminución de los índices de criminalidad en el país, de hecho, está convencida que el problema tiene solución en un mediano plazo “creo fielmente que tenemos que ver las experiencias extranjeras exitosas en este tema como las de Colombia y Brasil, que demuestran que cuando se le da calidad de vida a la gente y te preocupas por sus necesidades básicas como el empleo, los niveles de ansiedad disminuyen y en consecuencia la criminalidad”, reitera la edil de Primero Justicia.
-Y, ¿qué plantean esas experiencias extranjeras?
-En principio han logrado elevar el nivel de vida del ciudadano, son capaces de satisfacer sus necesidades básicas, el ocio es terrible para el pueblo. Por otro lado, bajo el contexto venezolano, hay que incrementar el número de efectivos policiales en las zonas populares y con mayores índices delictivos, en términos preventivos estos funciona, la sola figura del policía en la entrada de los barrios –como se hizo en Petare con la Guardia Nacional- hace que los delincuentes se abstengan de agredir, robar o matar.
-Entonces, parte de la solución es tener un policía en cada esquina vigilando…
-Si, en este país es vital, no se puede combatir la inseguridad por lo menos en un primer momento sino es de esta manera, hay que proveer seguridad a quien no la tiene, el policía le da tranquilidad al vecino, saber que lo tiene cerca y que puede actuar en cualquier momento, eso le da seguridad y confianza, y pone en alerta al delincuente, esto es brindar seguridad ciudadana y publica.
-Esto no es sencillo, ¿cómo hacer que la gente vuelva a confiar en un policía a quien le teme más que al malandro?
-Este es una labor importantísima que debe ser del mandatario de cada cuerpo policial, debe depurar el organismo a su cargo y preocuparse en rescatar el perfil del funcionario en el que la ciudadanía pueda confiar, aquel funcionario que por vocación le dedica su vida a la seguridad ciudadana, esa debe ser la meta de todo gobierno.
¿Callar o morir?
La denuncia pública hecha por Flavia Martineau y las críticas a la gestión del alcalde José Vicente Rangel Avalos han tenido sus consecuencias: amenazas de muerte para ella y su familia. Al parecer “hay que silenciarla porque no conviene que los petareños se revelen y cambien de bando” rezaba un mensaje de alerta enviado a la concejala Martineau.
-¿Será que hay que quedarse callado para resguardar su propia vida?
-Eso no va a pasar conmigo y mi equipo, a pesar de las amenazas continuaremos haciendo nuestro trabajo, trataremos de buscar protección haciendo la debida denuncia. Aquí estamos ante una realidad, te consideran culpable simplemente por denunciar el hecho, no se acepta el disenso ni en el municipio Sucre, ni en el país.
-Entonces, ¿el Alcalde es intocable?
-Pareciera que sí. Además vemos como la situación se ha invertido, el pueblo ha dejado de ser intocable y es el blanco de humillaciones y maltratos, eso no le importa al gobierno, porque para ellos el pueblo es sólo un número con fines electorales y partidistas, ahora los intocables son los funcionarios comprometidos con el gobierno.
Lisbeth Calzadilla
lcalzadilla@correodelavila.com